La boca del infierno
En el año 1962, un incendio aparentemente inofensivo en un basurero de Centralia (Pensilvania) se extendió repentinamente por el subsuelo y encendió una veta de carbón situada bajo la ciudad. Los bomberos consiguieron apagar el incendio del basurero en pocas horas, pero el fuego se extendió al subsuelo creando un monstruo incontrolable bajo la ciudad que obligó a abandonarla.
El aspecto actual de Centralia se asemeja a una película de terror, justamente, la película Silent Hill, se inspiró en este siniestro lugar. El monstruo ha levantado las calles o partido en dos las carreteras; pequeñas columnas de humo delatan los lugares por los que trata de respirar.
Un enorme cartel nos advierte del peligro poco antes de llegar: “Incendio en mina subterránea. Adentrarse en este área puede ocasionar graves daños o la muerte. Gases peligrosos. Peligro de hundimiento”. La carretera se ha partido en dos, como si una gran explosión hubiera tenido lugar hace mucho tiempo…
Actualmente se calcula que la veta de carbón bajo Centralia tiene unos 10 kilómetros de extensión y arde a unos 1.000 metros de profundidad. Las autoridades se dieron cuenta de su existencia a mediados de los 70. Los bomberos abrieron varios agujeros en la tierra para comprobar las evoluciones del incendio y lo consideraban controlado hasta que el propietario de una gasolinera local introdujo una vara para medir los tanques subterráneos y descubrió que estaban a 80º C.
Poco tiempo después, un niño de 12 años fue rescatado tras caer en un pozo de más de 40 metros que se abrió bajo sus pies. A la vista de los acontecimientos, las autoridades se pusieron en marcha y en 1984 evacuaron la ciudad. Unas cuantas familias optaron por quedarse hasta que en 1992 fueron expulsadas definitivamente.
Hoy día, lo poco que queda del pueblo ha sido devorado por la vegetación. De vez en cuando algún grupo de despreocupados turistas se aventura en las inmediaciones de la mina y se fotografía junto a las humeantes chimeneas. Ignoran que, en cualquier momento, el monstruo puede despertar. La mina subterránea sigue ardiendo y se calcula que contiene carbón para hacerlo durante 250 años más. Como siempre espectacular, vía fogonazos